Cirugía de la muñeca

Las Cirugías de la muñeca abarcan un amplio abanico que engloba desde las enfermedades debidas a la propia actividad laboral, accidentes, lesiones deportivas y patología oncológica.

Las lesiones por un traumatismo son las lesiones que ocurren cuando sufrimos un traumatismo en la muñeca, este traumatismo puede consistir en una caída o un golpe fuerte que produce una fractura.

Una fractura es una lesión ósea, es decir, que uno de los huesos de la muñeca sufren una fractura o fisura por una caída o golpe. Este tipo de lesiones deben atenderse de forma inmediata, ya que de lo contrario el hueso podría soldarse en una alineación incorrecta.

Es frecuente que las fracturas asocian a lesiones tendinosas y ligamentarias. Si no se realiza una buena exploración y se detectan, pasarán desapercibidas. Y como consecuencia presentarán graves secuelas.

Las lesiones por uso excesivo se producen cuando realizamos movimientos repetitivos con las manos de forma prolongada en el tiempo, estas lesiones suelen estar ligadas a deportes de repetición o a ciertos trabajos.

Las lesiones degenerativas son procesos crónicos que no tienen cura, suelen llevar meses o incluso años de desarrollo, y suelen ir acompañados de procesos inflamatorios. Lo recomendable es adquirir hábitos que eviten que la lesión siga avanzando y así retrasar o prescindir del tratamiento quirúrgico.

Es una fractura del radio distal, situada a menos de 2,5 cm de la articulación de la muñeca. Cuando está desplazada adopta una deformidad característica denominada en “dorso de tenedor” (giba dorsal en la muñeca). Es la más frecuente de todas las fracturas del cuerpo humano. Suele producirse a consecuencia de una caída con apoyo de la mano en extensión. Está muy relacionada con la osteoporosis en las mujeres.

Cuando no está desplazada suele tratarse mediante un yeso. Si se desplaza, el tratamiento implica una reducción a cielo cerrado y colocación de un yeso en posición de flexión y desviación cubital de la muñeca. En otros casos, decidimos reducir la fractura y fijarla a través de la piel (percutáneamente) con unas agujas de Kirschner. Uno u otro tratamiento suele ocupar unas cinco a seis semanas desde la colocación del yeso.

El pronóstico es bueno y en numerosas ocasiones, una vez retirada la inmovilización, aconsejamos al paciente un tratamiento rehabilitador.

En este caso, el fragmento distal del radio está inclinado hacia la cara palmar de la muñeca. La deformidad clínica de la muñeca es contraria a la de la fractura de Colles.

En la mayoría de los casos, se trata de una fractura desplazada que requiere una reducción. Según la estabilidad de la reducción, podemos optar por un tratamiento ortopédico (con yeso u ortesis a medida) que se prolonga durante unas cinco a seis semanas. En algunos casos, dependiendo de criterios como la edad o el nivel de actividad del paciente, establecemos una indicación quirúrgica (reducción mediante abordaje palmar y colocación de una placa atornillada).

El pronóstico es bueno, a pesar de que el tratamiento rehabilitador es fundamental para la recuperación.

La apófisis estiloides corresponde a la zona más distal y radial del radio en la muñeca.
Puede fracturarse tras un retroceso brusco de la manivela de una máquina o tras una caída con apoyo de la mano extendida.

En general no se desplaza, por lo que el tratamiento más habitual es el conservador mediante un yeso o una ortesis.

Recibe esta denominación la fractura de la porción palmar del radio distal (articulación radio-carpiana).

Su reducción cerrada es muy difícil, por lo que solemos recomendar una reducción abierta mediante abordaje palmar de la misma y colocación de una placa de osteosíntesis en consola. De esta manera, a reducción es anatómica y el resultado clínico mejor.

De manera aislada, es una fractura extremadamente rara.
La podemos observar acompañando a una fractura distal del radio, en forma de arrancamiento de la apófisis estiloides del cúbito por tracción del fibrocartílago triangular.
El tratamiento de la fractura del radio asociada es necesario, mientras que la lesión del cúbito consolida espontáneamente.
Cuando las fracturas distales del radio consolidan (unen sus diferentes fragmentos) en una posición inadecuada, la función de la muñeca suele alterarse.
En estas circunstancias, pretendemos posicionar anatómicamente los fragmentos ya consolidados. Para ello, realizamos las denominadas osteotomías (cortes en el hueso) con una forma geométrica determinada en cada caso. Una vez este objetivo conseguido, fijamos los fragmentos con placas de osteosíntesis de bajo perfil atornilladas.
El inicio de la movilidad de la muñeca es precoz para evitar rigideces y otras complicaciones como el síndrome doloroso regional complejo tipo I (distrofia o atrofia de Sudeck).
El término “inestabilidad carpiana” indica la situación en la que, a consecuencia de alguna lesión ligamentosa, los huesos del carpo no se desplazan sincrónicamente durante los movimientos de la muñeca. Estas inestabilidades pueden ser agudas o crónicas.

Cuando la lesión ligamentosa se ha producido tras un traumatismo agudo hablamos de inestabilidad aguda. Aunque se pueden dar en cualquier articulación del carpo, la más frecuente de éstas, es la inestabilidad escafo-semilunar. Cuando la lesión ligamentosa es parcial, la artroscopia de muñeca constituye un método útil de tratamiento. Si ésta es completa, necesitamos plantear cirugías para mantener la relación y la estabilidad entre los diferentes huesos (reducción y osteosíntesis percutánea con agujas de Kirschner o reducción abierta y sustitución de los ligamentos lesionados por fragmentos tendinosos).

Cuando estas lesiones ligamentosas del carpo evolucionan a lo largo del tiempo, se consideran inestabilidades crónicas. En estos casos, la cirugía para prevenir la artrosis es de elección. Las técnicas que se plantean, fusionan algunos huesos entre ellos (artrodesis parciales). Si la artrosis que desencadenan se generaliza, optamos por técnicas de artrodesis total o prótesis radio-carpianas.

El radio y el cúbito articulan entre sí tanto en la muñeca como en al codo para asegurarnos los movimientos de prono-supinación (rotación interna y externa) de la mano.

Diferentes causas (por ejemplo, roturas ligamentosas crónicas) pueden desencadenar lesiones degenerativas de la articulación radio-cubital distal. El paciente suele consultar por dolor en el dorso de la muñeca y alguna dificultad para realizar los movimientos de giro de la mano.

Existen diferentes técnicas quirúrgicas para resolver el problema: resección de la cabeza del cúbito, intervención de Sauvé-Kapandji, artroplastia e hemiresección de la cabeza del cúbito Bowers), etc.

La artrosis es una patología poco frecuente en las articulaciones que no reciben carga, como la muñeca.

La degeneración de la articulación entre el radio y la primera fila del carpo se produce normalmente como secuela de una fractura articular del primero.

Los síntomas más frecuentes son el dolor, la deformidad y la limitación de la movilidad en dicha articulación.

Aunque suele tolerarse bien, hay situaciones en las que indicamos diferentes técnicas quirúrgicas para mejorar el cuadro (ciertas técnicas artroscópicas son útiles en casos poco evolucionados, artrodesis o fijación de la articulación, o prótesis).

La inflamación crónica del tejido sinovial de los tendones de la muñeca es frecuente en las enfermedades reumáticas, siendo la artritis reumatoide la que más habitualmente desencadena este cuadro. Otra causa a tener en cuenta es la infecciosa (el germen puede llegar hasta el tejido sinovial a través de una herida en la piel o por vía sanguínea).

Al paciente le llama la atención la deformidad, el dolor, el aumento de la temperatura y la crepitación de la zona afectada.

Esta situación puede derivar, a lo largo del tiempo, en una lesión del propio tendón (rotura degenerativa). Para evitar esta desagradable complicación, procedemos a realizar una sinovectomía (extirpación del tejido sinovial enfermo). Los análisis anatomo-patológico y microbiológico posteriores, nos ayudan a concretar el diagnóstico definitivo.

Se trata de una tenosinovitis del primer compartimento extensor de la muñeca.
Ocasiona dolor, tumefacción y crepitación en el borde radial de la muñeca. El dolor aumenta con los movimientos de desviación radial contra resistencia de la mano (por ejemplo, al levantar una cafetera o una silla cogiéndola por el respaldo).

En sus fases más iniciales, el reposo con inmovilización de la zona es efectivo. Cuando no es así o la dolencia es de evolución crónica, la cirugía es de elección. Se trata de realizar una tenolisis liberación de los tendones implicados, mediante la apertura de la vaina fibrosa que los cubre.

Corresponde con una bursitis que se desarrolla entre los tendones extensores radiales del carpo, el tendón abductor largo del pulgar y la cara postero-externa del radio.

Clínicamente se presenta como una inflamación o tumefacción dolorosa con alguna crepitación, en la zona distal y radial del antebrazo.

En la gran mayoría de los casos el tratamiento anti-inflamatorio médico o fisioterápico es la solución. Cuando esta opción falla, indicamos la cirugía.

Es el tendón encargado de estirar la punta del pulgar. Al llegar desde el dorso del antebrazo hasta la mano, pasa al lado de una excrecencia ósea en el dorso del radio, denominada tubérculo de Lister.

Es en este punto en el que el tendón suele verse comprometido.

La respuesta al tratamiento conservador (tratamiento anti-inflamatorio e inmovilización) es normalmente satisfactoria. Únicamente en los casos en los que no es así, le proponemos al paciente un tratamiento quirúrgico.

El síndrome del túnel carpiano es la neuropatía compresiva más frecuente del organismo. Afecta al nervio mediano a su paso por la cara palmar de la mano. Es mucho más frecuente en las mujeres. Puede asociarse con el embarazo, enfermedades tiroideas, diabetes, etc. aunque es habitual no encontrar ninguna causa de base.

Los síntomas más llamativos son el dolor nocturno de la mano, con mayor o menor alteración de la sensibilidad y/o de la fuerza de la mano.

Además de una correcta exploración clínica, el estudio electrofisiológico ayuda a confirmar el diagnóstico.

En sus fases iniciales el tratamiento conservador suele ser efectivo. En los estadios moderado y severo, la cirugía es de elección, siendo el pronóstico mejor cuanto antes se establece el diagnóstico.

El síndrome del canal de Guyon corresponde con una compresión del nervio cubital en la mano.

Sus síntomas característicos son el dolor en el borde cubital y palmar de la mano con alteraciones más o menos importantes de la sensibilidad del quinto dedo y la mitad cubital del 4º dedo.

Cuando la exploración y/o la electromiografía son positivas, la descompresión nerviosa mediante cirugía suele acompañarse de buenos resultados.

La rama sensitiva del nervio radial puede verse comprimida en la cara radial de la muñeca, constituyendo el síndrome de Wartenberg.

Suele manifestarse por alteraciones de la sensibilidad en el dorso de la primera comisura de la mano. Afecta con frecuencia a personas que realizan movimientos de prono-supinación del antebrazo (por ejemplo, utilizar un destornillador), pudiéndose asociar a la enfermedad de De Quervain.

Si el tratamiento con anti-inflamatorios y reposo con una ortesis no es efectivo, indicamos la intervención quirúrgica (liberación nerviosa).