Cirugía de la mano

Las Cirugías de la mano abarcan un amplio abanico que engloba desde las enfermedades debidas a la propia actividad laboral, accidentes, lesiones deportivas y patología oncológica.

Las lesiones por un traumatismo son las lesiones que ocurren cuando sufrimos un traumatismo en la muñeca, este traumatismo puede consistir en una caída o un golpe fuerte que produce una fractura.

Una fractura es una lesión ósea, es decir, que uno de los huesos de la mano sufren una fractura o fisura por una caída o golpe. Este tipo de lesiones deben atenderse de forma inmediata, ya que de lo contrario el hueso podría soldarse en una alineación incorrecta.

Es frecuente que las fracturas asocian lesiones tendinosas y ligamentarias. Si no se realiza una buena exploración y se detectan, pasarán desapercibidas. Y como consecuencia presentarán graves secuelas.

Las lesiones por uso excesivo se producen cuando realizamos movimientos repetitivos con las manos de forma prolongada en el tiempo, estas lesiones suelen estar ligadas a deportes de repetición o a ciertos trabajos.

Las lesiones degenerativas son procesos crónicos que no tienen cura, suelen llevar meses o incluso años de desarrollo, y suelen ir acompañados de procesos inflamatorios. Lo recomendable es adquirir hábitos que eviten que la lesión siga avanzando y así retrasar o prescindir del tratamiento quirúrgico.

El tendón flexor de los dedos de la mano puede sufrir una compresión a nivel de la polea de reflexión en la palma de la misma.

Inicialmente se produce dolor selectivo sobre el pliegue palmar distal, pudiéndose llegar a palpar un nódulo más duro. Si evoluciona el cuadro, el dedo afectado se queda bloqueado en flexión, notándose un chasquido doloroso típico cuando lo desbloqueamos.

En las fases iniciales el tratamiento suele ser conservador. Cuando se han producido bloqueos en flexión, la solución pasa por una intervención quirúrgica denominada polectomía (solemos realizarla de forma percutánea bajo anestesia local o bien abierta, bajo anestesia loco-regional).

El escafoides carpiano es un hueso con una vascularización especial y algo precaria. Cuando éste se fractura y el tratamiento inicial no es efectivo, suele producirse una pseudoartrosis.

Las pseudoartrosis del escafoides deben de ser tratadas quirúrgicamente (aporte de injerto y fijación de los fragmentos con tornillos especiales).

Recibe el nombre de enfermedad de Kiemböck y se produce habitualmente tras algún traumatismo en la muñeca (en algún caso, no se conoce la causa).

Clínicamente, los signos más habituales son el dolor incluso en reposo y la tumefacción en el dorso de la muñeca. En las fases avanzadas de la enfermedad, a estos signos se añade la disminución de la movilidad de la muñeca.

En las fases iniciales la sospecha clínica y la RNM o la gammagrafía ósea pueden darnos el diagnóstico. En los estadios más avanzados, la radiología simple suele ser suficiente.

El tratamiento es quirúrgico y existen diversas técnicas indicadas según la fase de la enfermedad.

La artrosis trapecio-metacarpiana suele clasificarse en diferentes estadios según la clasificación de Eaton.

Aunque existen numerosos tratamientos (ortopédico, artroscópico, osteotomía extensora de la base del primer metacarpiano, artroplastias de interposición, artroplastias de sustitución o prótesis, artrodesis), cualquiera de estas indicaciones depende de la mano afecta (dominante o no dominante) y del tipo de actividad de cada paciente (en general, utilizamos las prótesis en pacientes con bajos requerimientos de fuerza, indicando las artroplastias de interposición y las artrodesis para aquellos casos en los que la fuerza es el gesto más habitual).

Aunque puede producirse de forma espontánea o como consecuencia de anteriores traumatismos, las enfermedades reumáticas son la causa más habitual de afectación degenerativa de estas articulaciones.

Además del dolor local, la limitación funcional que ocasiona en el paciente es considerable. En estos casos, planteamos una artroplastia de sustitución (prótesis), que en numerosas ocasiones realizamos en varias articulaciones a la vez.

La articulación interfalángica distal es la que se afecta con mayor frecuencia.

El dolor y la deformidad en martillo del dedo son habituales. Típicamente se describen los nódulos de Heberdeen en el dorso de dichas articulaciones artrósicas.

Con la limitación progresiva de la movilidad articular, el dolor suele disminuir. Cuando esta circunstancia no se produce, la técnica quirúrgica de elección es la artrodesis en posición funcional (diferente según el dedo de la mano que consideremos).

En el caso de las articulaciones interfalángicas proximales, la artrodesis se considera excesivamente invalidante, por lo que solemos valorar la opción de la prótesis.

Es la fibrosis de la fascia palmar de la mano caracterizada por la retracción progresiva de los dedos en flexión.

Suele iniciarse en el cuarto radio de la mano, aunque puede afectar a cualquiera de ellos. Se asocia con mayor frecuencia a la diabetes, pero es habitual no poder establecer factores etiológicos.

En las fases iniciales de la enfermedad (presencia de nódulos palmares) optamos por tratamientos conservadores o mini-invasivos (fasciotomía percutánea). Sin embargo, cuando la retracción en flexión de los dedos es evidente, la cirugía es de elección (fasciectomía selectiva). En la actualidad, se está contemplando la posibilidad de corregir estas deformidades mediante inyección de enzimas proteolíticos en los nódulos y cordones fibrosos, con posterior corrección de las mismas bajo anestesia local.