Artroscopia de cadera

La artroscopia de cadera es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que nos permite tratar una gran cantidad de enfermedades de la cadera.

Básicamente consiste en introducir una cámara en la cadera por un pequeño orificio en la piel de 1 cm aproximadamente. Esto nos permite tener una visión directa de la cadera y todas sus estructuras (cartílago, ligamentos, labrum, tendones….).

La artroscopia nos permite acceder, ver y examinar toda la articulación y resolver los problemas que existan; sin necesidad de grandes incisiones ni lesiones en los músculos. Esto hace que la recuperación del paciente sea más rápida y mejor, con menores riesgos que la cirugía abierta “tradicional”.

Los pacientes regresan a su casa el mismo día y luego existe un protocolo de progreso por fases, con metas y límites diseñados para poder tener un retorno a la función completa e indolora de la cadera”.

El labrum es una estructura casi esférica que se inserta en el borde del acetábulo y cuya función principal es sellar la articulación de la cadera para que ésta mantenga la presión negativa en su interior.
Puede lesionarse por distintos mecanismos, pero uno de los más frecuentes es una hiperextensión de la cadera en carga.
Suele manifestarse por dolor de predominio en la zona inguinal, crepitaciones articulares y molestias que dificultan la sedestación prolongada.
El diagnóstico solemos realizarlo combinando la exploración clínica con la RNM de alta resolución o la artro-RNM.
Cuando la lesión es sintomática y limita las actividades de la vida diaria o las deportivas, se puede plantear una artroscopia de la cadera.
También denominado choque, pellizcamiento o pinzamiento femoro-acetabular, esta patología implica un contacto precoz entre la cabeza del fémur y el borde acetabular de la pelvis en ciertos movimientos de la cadera.
Se manifiesta por dolor tanto inguinal como glúteo (e incluso lumbar bajo) que aumenta con la actividad y la bipedestación prolongada. Es típico el dolor en forma de “C” en la cara lateral de la cadera. Afecta sobre todo a paciente jóvenes con predominio de los varones.
Una vez diagnosticado, aconsejamos un tratamiento artroscópico precoz para evitar la degeneración artrósica de la articulación.
Algunos traumatismos axiales sobre la cadera pueden desencadenar lesiones del cartílago en la cabeza del fémur o en la superficie articular del acetábulo.
Cuando son de tamaño suficiente, pueden provocar derrames articulares y dolor en la cadera.
El abordaje artroscópico de estas lesiones nos permite extirpar los fragmentos inestables (con riesgo de desprenderse) de cartílago y realizar algunos gestos quirúrgicos para repararlas.
Algunas patologías como la condromatosis sinovial pueden generar fragmentos redondeados de cartílago de mayor o menor tamaño que, quedando sueltos en la articulación, ocasionan dolor y bloqueos articulares con frecuencia.
La artroscopia de cadera nos permite extirpar estos cuerpos libres, valorar el estado de la articulación y tomar biopsias del tejido sinovial para confirmar el diagnóstico.
La musculatura glútea tiene una porción tendinosa que se inserta en el trocánter mayor y es la encargada de dar estabilizar a la pelvis a la hora de caminar o correr. Normalmente dentro de un tendón sano, hay un ciclo equilibrado de ruptura y reparación de tejidos. Sin embargo, los problemas surgen cuando hay más ruptura de células en el tejido del tendón que reparación y este desequilibrio conduce a un daño dentro del tendón llamado tendinopatía. La bursa trocantérea es una estructura de protección situada entre el saliente óseo lateral de la cadera (trocánter mayor) y un tejido fibroso potente denominado fascia lata.
Cuando por diferentes circunstancias esta bursa aumenta de tamaño, el paciente tiene dolor en la cara lateral de la cadera, que aumenta con la presión en dicha zona.
Aunque el problema suele mejorar con tratamientos conservadores, los casos más rebeldes o crónicos, pueden abordarse mediante cirugía endoscópica, realizándose una extirpación de la bursa o bursectomía.
Al igual que en la cara externa de la cadera, en la zona de unión entre el trocánter menor y el tendón del psoas iliaco, existe un tejido bursal que puede inflamarse.
Clínicamente, el paciente refiere dolor en la cara interna de la ingle, que puede aumentar con la flexión contra resistencia de la cadera.
La cirugía artroscópica permite visionar dinámicamente el problema y actuar a la vez sobre el mismo.
El ligamento redondo es una estructura que desde el fondo del acetábulo llega hasta el centro de la cabeza del fémur, aportándole vascularización y proporcionando estabilidad a la articulación.
Este ligamento puede lesionarse a consecuencia de algún traumatismo o verse afectado en el contexto de algunas enfermedades reumáticas.
La RNM de la cadera nos ayuda a confirmar esta patología. También en este caso, la artroscopia permite confirmar la lesión y tratarla.
Distinguimos tres variedades de cadera en resorte: la cadera en resorte externo, la cadera en resorte interno y la intrarticular. Aunque la fisiopatología las dos primeras es la misma (roce anómalo entre una superficie ósea y un tejido fibroso), existen algunas diferencias entre ambas. La intrarticular está producida por el desplazamiento del labrum roto.
La cadera en resorte externo es más frecuente y se manifiesta por un chasquido audible en la cara lateral de la misma que el paciente es capaz de provocarse. En la cadera en resorte interno, este chasquido se percibe en la zona inguinal e interna.
En la mayoría de los casos no desencadenan dolor y no suelen conllevar secuelas. Sin embargo, si además de los chasquidos existe dolor, la opción de tratamiento quirúrgico menos agresiva es la artroscopia.