Artroscopia de hombro
La artroscopia de hombro es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que nos permite tratar una gran cantidad de enfermedades del hombro: roturas de manguito de los rotadores, lesiones SLAP, Luxaciones de hombro, Patología acromioclavicular, etc.
Básicamente consiste en introducir una cámara en el hombro por un pequeño orificio en la piel de 1 cm aproximadamente. Esto nos permite tener una visión directa del hombro y todas sus estructuras (cartílago, ligamentos, labrum , tendones….). Haremos varios orificios de 1cm más para introducir instrumentos como pinzas, tijeras, sinoviotomo… que utilizamos para realizar la operación sobre el hombro: coser los tendones, reparar los ligamentos, quitar el tejido inflamatorio, etc. Solemos realizar unos 3 o 4 orificios en la piel, que llamamos portales.
La artroscopia nos permite acceder, ver y examinar toda la articulación y resolver los problemas que existan; sin necesidad de grandes incisiones ni lesiones en los músculos. Esto hace que la recuperación del paciente sea más rápida y mejor, con menores riesgos que la cirugía abierta “tradicional”.
Podemos realizar las artroscopias de hombro sólo con anesetesia del brazo, sin necesidad de anestesia general; y además, como una cirugía sin ingreso, sin ser necesario que el paciente permanezca una noche en el hospital. Esto aporta ventajas y comodidad al paciente.
Recuperación tras una artroscopia de hombro
Aunque tenemos que considerar que cada paciente y que cada patología va a tener un proceso de recuperación específico, sí que podemos dar unas pautas generales.
Después de una artroscopia de hombro, inmovilizaremos al paciente con un cabestrillo o sling, que la mayoría de las veces podrá retirarse desde el primer día para movilizar el codo, aseo personal y las comidas. Las curas de las pequeñas heridas se pueden hacer en el domicilio del paciente y los puntos o grapas se retiran en la consulta de curas a las 2 semanas.
A partir de las 2-3 semanas comenzaremos con ejercicios autoasistidos (el propio paciente se ayuda a mover el hombro operado con su brazo sano), revisamos al paciente en la consulta y remitimos a rehabilitación para el inicio de la fisioterapia.
Como norma general, siempre que reparamos algún tejido en el hombro (ligamentos o tendones), dejaremos el hombro “tranquilo” unas 6 semanas para favorecer la cicatrización.
A partir de esta fase, empezaremos con los ejercicios activos y posteriormente los estiramientos, la propiocepción y la potenciación muscular. Realizando ejercicios específicos según el paciente, su trabajo o deporte y la lesión que hemos tratado. Con una supervisión periódica para controlar la evolución.
Siempre indicaremos personalmente a cada paciente qué movimientos, ejercicios y tipo de rehabilitación debe realizar y qué gestos debe evitar en cada fase del proceso de recuperación.
Las lesiones del hombro precisan de un período largo de recuperación (sobre todo si hay reparación o sutura de tejidos), entre 3 y 6 meses. Si bien hay patologías y pacientes que se recuperarán antes de los 3 meses y otros que necesitarán más de 6 meses.
Haremos una recuperación adaptada y personalizada a cada paciente y cada lesión tratada.